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Después del partido de fútbol entre Sudáfrica y Marruecos, los días 17 y 18 de este mes tendrá lugar una batalla aún más decisiva entre el bien y el mal. Esta vez enfrentará a Argelia y Marruecos en torno a la presidencia de la UA (Unión Africana). De hecho, sabemos por fuentes diplomáticas cruzadas que Addis Abeba, capital de Etiopía, donde también tiene su sede la sede de la UA, acogerá los días 17 y 18 de febrero la 37ª sesión ordinaria de la Conferencia de Jefes de Estado de la Unión Africana.
En la cumbre se elegirá un nuevo presidente de la UA, para un mandato de un año. Esta posición rotativa que sigue las distintas zonas del continente negro, deberá regresar este año al grupo del Norte de África. Por lo tanto, un enfrentamiento en la cumbre debe enfrentar a Argel y Rabat para ocupar un único asiento, el de la presidencia de la UA.
La designación del sucesor del presidente de la Unión de las Comoras, Azali Assoumani, no debe escapar a la animosidad entre Marruecos y Argelia. Como recordatorio, había bloqueado el nombramiento del primer vicepresidente de la organización panafricana en 2023.
En las próximas semanas, los demás miembros de la región norteafricana (Túnez, Libia, Egipto, Mauritania y Polisario) deberán actuar como árbitros entre Marruecos y Argelia. A falta de consenso, tendrán que designar un candidato de compromiso. Si no se logra este objetivo, el puesto debería asignarse a otra región africana.
Una posible victoria de Argelia permitiría al presidente Abdelmadjid Tebboune participar, durante tres años, en el mecanismo de la troika africana sobre el Sáhara Occidental, lanzado en 2018 durante la cumbre de la UA en Nuakchot.
Sin embargo, el enfrentamiento diplomático entre Argel y Rabat promete ser “injusto”. En principio, nuestro país está ampliamente a favor de ello. Literalmente debería aplastar a su oponente. Tiene que hacer valer su innegable poder regional, la constancia y precisión de sus posiciones internacionales, así como el hecho de que Argelia es un factor de estabilidad y paz para todos los países vecinos.
En cuanto a Marruecos, belicoso, expansionista y alborotador en África al conspirar para incorporar a Israel como observador, despliega sistemáticamente sus armas favoritas, que son la corrupción y el chantaje. Son estos expedientes criminales y detestables los que permitieron que Marruecos fuera elegido recientemente para la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Curiosamente, o irónicamente, depende, el Makhzen volvió a tener como adversario a Pretoria, la patria de Nelson Mandela.
Fuente : La Patrie News, 01/02/2024
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