El Parlamento español confirma a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno

Pedro Sanchez pretende formar un gobierno en minoría con la coalición de extrema izquierda Sumar, cuya líder, Yolanda Díaz, ejerció como viceprimera ministra segunda en el gobierno anterior.

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Pedro Sánchez obtuvo el jueves el respaldo de una mayoría de diputados en el parlamento español para formar un nuevo gobierno, poniendo fin a cuatro meses de parálisis política en Madrid.

El primer ministro de 51 años se impuso en una votación en el hiperfracturado parlamento español de 350 escaños, obteniendo votos a favor de todos los grupos separatistas y de izquierda. En total, 179 diputados respaldaron a Sánchez.

Los siete parlamentarios pertenecientes al partido independentista catalán Junts, que tenía el poder de nombrar a Sánchez primer ministro u obligar a España a celebrar nuevas elecciones, votaron a su favor. Lo mismo hizo el único representante de la Coalición Canaria, que el mes pasado también votó a favor del fallido intento del líder de centroderecha del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de formar gobierno.

Como era de esperar, los 171 diputados pertenecientes al partido de Feijóo y al grupo ultraderechista Vox, así como a la conservadora Unión Popular Navarra, votaron en contra del candidato socialista.

La victoria de Sánchez en el parlamento concluye un período de agitación política que comenzó en mayo, cuando el líder socialista convocó elecciones anticipadas después de que su partido sufriera pérdidas devastadoras en las encuestas regionales y locales a nivel nacional.

En ese momento, Sánchez dijo que los españoles necesitaban « aclarar qué fuerzas políticas quieren que tomen la iniciativa » y que era hora de dejar que los electores « definan la dirección política del país ».

Después de una campaña contundente , los votantes respondieron al llamado de Sánchez eligiendo un parlamento sin mayoría en el que tanto el bloque político de izquierda como el de derecha no alcanzaron la mayoría.

Sánchez comprendió inmediatamente la necesidad de conseguir el respaldo de los partidos independentistas del hemiciclo y se puso a negociar acuerdos de apoyo con cada uno de ellos.

El acuerdo más complejo fue el alcanzado con el partido Junts, controlado por el ex presidente catalán Carles Puigdemont. El líder independentista, que vive en un exilio en Bélgica desde el fallido referéndum sobre la independencia catalana de 2017, exigió una amnistía para las personas procesadas por acciones vinculadas al movimiento.

Aunque Sánchez mantuvo durante mucho tiempo que un indulto tan general era imposible porque contravendría la Constitución de España, el lunes su partido presentó un proyecto de ley para conceder una amnistía a las personas involucradas en el movimiento independentista catalán durante la última década.

La ira por la controvertida propuesta llevó a cientos de miles de españoles a salir a las calles en protesta y subrayó las profundas tensiones que aún persisten.

A lo largo de la semana, simpatizantes de derecha –entre ellos el provocador estadounidense Tucker Carlson– ocuparon la calle que alberga la sede del Partido Socialista en Madrid. El jueves, un grupo de diputados socialistas fueron arrojados con huevos mientras se dirigían al parlamento.

Durante el acalorado debate previo a la votación, el líder del Partido Popular, Feijóo, acusó a Sánchez de cometer “corrupción política” al realizar acuerdos “que van en contra del interés general” y están motivados únicamente por el “beneficio personal”.

Feijóo predijo que el proyecto de ley de amnistía reviviría el movimiento independentista catalán y amenazaría la integridad de España como país.

“Nadie ha hecho más por la causa separatista que el señor Sánchez”, afirmó.

Sánchez, sin embargo, respondió que la propuesta legislativa fomentaba una mayor unidad nacional a través del “diálogo y el perdón” y reivindicó el papel de su próximo gobierno como baluarte contra las fuerzas de derecha que intentan “mantener a las mujeres en la cocina y a la comunidad LGBTQ+ en el armario”.

El líder socialista pretende formar un gobierno en minoría con la coalición de extrema izquierda Sumar, cuya líder, Yolanda Díaz, ejerció como viceprimera ministra segunda en el gobierno anterior.

Se espera que Sánchez preste juramento ante el rey Felipe VI de España el viernes y pase el fin de semana reuniendo los nombres de los ministros que quiere en su gabinete, el segundo gobierno de coalición de España desde la década de 1930.

Las grandes diferencias ideológicas entre los partidarios del primer ministro dificultarán que el nuevo gobierno apruebe leyes importantes. Pero Sánchez sostiene que su objetivo es cumplir un mandato completo de cuatro años.

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