El chantaje al que la Monarquía alauita sometió a la España catatónica en la fase terminal de la esquizofrenia franquista coincidió con el inicio de la Monarquía Constitucional española. Aquella España indefensa tuvo que ceder al gran chantaje de la Marcha Verde y abandonar el Sahara Occidental. La Monarquía Constitucional que nació al rebufo de aquella extorsión se ha habituado a ceder y el éxito ha enviciado a Marruecos en la extorsión impune a España.
Marruecos siempre ha reclamado su papel de potencia en el norte de Africa. Ese sueño sería imposible sin las riquezas naturales del Sahara Occidental. Por ello, ésta siempre ha sido el primer punto en su agenda. Para ello, el apoyo del gobierno español es vital, sobre todo desde 2002, año en que la Asesoría Jurídica de Naciones Unidas, por petición del Consejo de Seguridad, dictaminó que Marruecos no era una potencia administradora del territorio del Sáhara Occidental, que los Acuerdos de Madrid de 1975 no habían transferido ninguna soberanía a sus firmantes y, finalmente, que la condición de territorio no autónomo del Sáhara Occidental no se había visto afectada por esos Acuerdos. Se añade a esto que España, que ya no disimulaba su apoyo a la autodeterminación en el Sáhara, entraba, en Enero de 2003, en el Consejo de Seguridad como miembro no permanente.
Desde finales de los años 1990, las relaciones fueron de tensión en crisis:











Y ya para llenar el vaso de los temores marroquies, el gobierno de Aznar dejó de
priviliegiar a Marruecos en las relaciones bilaterales y se acercó a Argelia, enemigo aférrimo del reino alauita, con la que acababa de firmar, en octubre de 2002, el Acuerdo de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad, que restaba protagonismo en el Magreb a Marruecos. La prioridad concedida a las relaciones con Argelia – un país clave para garantizar el abastecimiento energético español se acompañó del lanzamiento de grandes proyectos de infraestructura como la construcción de un segundo gaseoducto que, a diferencia del gaseoducto Magreb Europa, unirá los yacimientos argelinos con la red española de gas natural sin pasar por Marruecos. Se pactan concesiones a petroleras españolas, a constructoras, intercambio de deuda por inversión, créditos a Argelia, etc. Este Acuerdo cristaliza en noviembre de 2003 cuando se celebra la Primera Cumbre de Alto Nivel entre España y Argelia.
priviliegiar a Marruecos en las relaciones bilaterales y se acercó a Argelia, enemigo aférrimo del reino alauita, con la que acababa de firmar, en octubre de 2002, el Acuerdo de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad, que restaba protagonismo en el Magreb a Marruecos. La prioridad concedida a las relaciones con Argelia – un país clave para garantizar el abastecimiento energético español se acompañó del lanzamiento de grandes proyectos de infraestructura como la construcción de un segundo gaseoducto que, a diferencia del gaseoducto Magreb Europa, unirá los yacimientos argelinos con la red española de gas natural sin pasar por Marruecos. Se pactan concesiones a petroleras españolas, a constructoras, intercambio de deuda por inversión, créditos a Argelia, etc. Este Acuerdo cristaliza en noviembre de 2003 cuando se celebra la Primera Cumbre de Alto Nivel entre España y Argelia.
Mohamed VI y su corte retuvieron las lecciones de la politica de Hassan II, pero no tienen ni la mitad de talla política, previsión y capacidad de juego internacional que éste tenía. Cuando, finalizada la Marcha Verde, en una conferencia de prensa convocada por el Rey, Hassan II a la pregunta de si había tenido en cuenta la posibilidad de que hubieran muerto muchos marroquíes en la Marcha Verde, contesto: “Estimamos que la recuperación de las provincias del sur bien valía la cosecha de un año de nacimientos ». Para Rabat, invadido por trágicos temores, el sacrificio de unos cuantos militares marroquies en Perejil bien valía la pena como aviso a Aznar, al que calificaban de franquista y, más de diez anos después, siguen guardándole rencor (hace unos meses los servicios secretos marroquies pretendieron que es el padre de la hija de la ministra franco-marroqui, Rachida Dati). Al fin y al cabo, la invasión con immigrantes, el bloqueo del acuerdo de pesca en 2001 y el flujo de drogas no hicieron el efecto esperado.
En Abril de 2004, Zapatero anuncia una nueva etapa en las relaciones con Marruecos tras reunirse con Mohamed VI en su primera visita oficial al extranjero. La victoria electoral de Zapatero fue bien recibida por Marruecos. Como testimonio, la agencia de prensa oficial, MAP, publica un telegrama de felicitación transmitido por Mohamed VI à Zapatero.
A pesar de la famosa teoría del “colchón de intereses” en la que parece basarse la política exterior de Zapatero, en su zona de proximidad, la persistencia del conflicto del Sahara seguira dejando sus huellas en las relaciones bilaterales. El problema de la inmigración, las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla y la tension con el pais vecino siguen siendo noticia diaria:








La permanente reivindicación de la soberanía de Ceuta y Melilla siempre estuvo acompañada de frecuentes desplantes chulescos, el último ha sido la amenaza de abrir la mano a la inmigración ilegal, como si ésta alguna vez hubiera sido verdaderamente impedida por la gendarmería marroquí, lo mismo que el tráfico da hachís a través del Estrecho. Ya Aznar, en junio del 2000, recibio amenazas de un atentado similar a los de Kenia y Tanzania del 98, efectuadas por el nuevo sultán marroquí a Piqué en una visita a Rabat de éste, recién comenzada la legislatura, si España no mod
ificaba su política acerca del Sáhara.
ificaba su política acerca del Sáhara.
Marruecos juega magistralmente con el miedo que hace buen efecto en los gobiernos débiles. El comunicado emitido por Al Qaida el 7 de octubre de 2001 (menos de un mes tras el 11 Setiembre) hablando directamente de España, en un llamamiento internacional a “recuperar Al Andalus”, fue seguido del asesinato, el 12 de octubre de 2.002, de 202 personas en un hotel de Bali frecuentado por españoles y la desarticulación de células como el « comando dixan », los atentados de Casablanca en el que las unicas victimas extranjeras eran españoles, para terminar en la tragedia de Atocha, el 11 de marzo de 2004, que dara un giro de 180° a la política exterior española respecto al Sahara. Hechos que favoreceran la imagen que Marruecos quiere proyectar como bastión contra el terrorismo.
A pesar de que Marruecos es un fiel aliado de los enemigos de Al Qaida, Estados Unidos e Israel, nunca conocio atentados como los que sacudieron a la vecina Argelia. Con los atentados de Casablanca, Rabat quiso convertir el integrismo islámico en un enemigo común hispano-marroquí y lo consiguio con la celebración en Diciembre del mismo año de la Sexta Reunión de Alto Nivel en Marrakech sobre inmigración ilegal, soberanía territorial, agricultura, pesca, y terrorismo. Mas tarde, los servicios de propaganda marroquíes anunciarán regularmente el desmantelamiento de células terroristas que preparaban atentados para exhibirse como bastión contra el terrorismo que amenaza Europa, y España particularmente.
Durante la crisis abierta por la militante saharaui Aminatu Haidar, la prensa marroqui sacara de nuevo la historia de Fath al Andalous, anunciando la condena de 15 presuntos miembros de Fath Al Andalous precisando que uno de ellos vivía en El Aaiun. Y para que la casualidad llegue a su cima, la huelga de hambre de Haidar casi corre el riesgo de ser tapada por el anuncio del secuestro de los tres cooperantes catalanes que se encuentran actualmente en Mali.
Si el gobierno de Zapatero siempre mordio el anzuelo de la propaganda alauita, no parece ser el caso del gobierno belga cuando, en 2008, uno de sus mejores informadores árabes fue apresado por Marruecos bajo la acusación de ser el jefe de una célula terrorista que participo en los atentados de Casablanca. La Seguridad del Estado belga acaba de anunciar que realmente no habia prubas contundentes contra Andelkader Belliraj, un colaborador que permitio en el pasado, abortar un atentado en un pais cuyo nombre no se divulgo.
Todos los acontecimiento graves tienen un paralelismo evidente con la cuestion del Sahara. La crisis de Perejil se produjo cuando España iba a entrar en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente. Los atentados de Casablanca dos meses después y al mismo tiempo que James Baker presentaba su plan de arreglo seguido de su dimision. El caso Haidar saco de nuevo las amenazas marroquies y en el momento en que España asume la presidencia europea, Marruecos habla de indemnizacion de las tropas marroquies de Franco. Cada vez que España adquiere cierto protagonismo o un acontecimiento trascendental relacionado con el Sahara va a producirse, sucede algo. Nada es casual viniendo de Marruecos.
Por consiguiente, lo que se puede poner de manifiesto es que la seguridad de España radica en su protección contra el propio gobierno marroqui que no vacilara en el momento de defender sus intereses y, en especial, la anexión definitiva del Sahara. Su lema siempre ha sido y seguira siendo « cuanto peor, mejor ».
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