El culebrón de las alianzas de Zapatero


Séneca dijo que « quien vive según las leyes de la Naturaleza (según lo real existente) no se hará pobre; pero quien deja regir su vida por sueňos de grandeza, no se hará nunca rico ». La Naturaleza se conforma con lo poco; el sueño imposible, de su lado, exige siempre lo desmedido e irrealizable.

Zapatero vuelve a dar muestras del paupérrimo estado al que ha reducido Espaňa, convertido ya en una farsa al servicio de sus propios delirios de grandeza. Ignora, consciente o inconscientemente, que no todos los medios son lícitos para alcanzar unos fines que no discutimos pudieran de otra forma ser dignos de alabanza.

Además, el gobierno de Zapatero cree que nada de lo que haga afecta más allá de las fronteras nacionales. Intenta vender que las relaciones con el Presidente Obama son fructíferas, que pertenecemos a tal o cual « G-XY », se venden alianzas vacías de civilizaciones como se vendía en su momento la alianza con George W. Bush.

Si se define el éxito como la capacidad de lograr los objetivos que uno se ha propuesto (no los que los demás nos asignen) y dejamos a un lado los gustos personales, queda claro que González y Aznar tuvieron bastante éxito: se marcaron unas metas y, en gran medida, las lograron. Zapatero también tiene una serie de objetivos, aunque, hasta la fecha, no ha logrado completarlos de forma satisfactoria, por lo que debiera revisarlos y, eventualmente, cambiarlos o reorientarlos. La contradicción en el seno de la política zapaterista no parece concertarse con ningún programa de los partidos en el Congreso de los Diputados.

El gran éxito, la gran hazaña, de Rodríguez Zapatero: ha conseguido que un país que hace poco más de seis años se había posicionado como una de las naciones más influyentes y una de las economías más prósperas del mundo desarrollado, ahora sea la cola de Europa para todo, en lo económico y en lo político, y curiosamente siga los mismos pasos, en este caso de sumisión y no de colaboración, con el régiment marroquí y el Elíseo.

Las últimas giras del ministro Moratinos y la actitud en general del Gobierno Espaňol hacia regímenes totalitarios como el marroqui ponen de manifiesto que Espaňa sigue en esa misma política de no alineamiento impulsada por Zapatero hace cinco años, y que sitúa Espaňa al mismo nivel que las naciones más cutres y casposas del escenario internacional. Este Gobierno ha conducido Espaňa a la peor de las pesadillas: la de un país tercermundista que ha dejado de ser el sur de Europa para volver a ser el norte de África. España, gracias al Gobierno de José Luís Rodriguez Zapatero, ha pasado de ser la última de Europa, a la primera del norte de Africa.

El Proceso de Barcelona no podía funcionar porque era prematuro, un proyecto sin alma y la presencia de un Marruecos siempre tan belicoso en la familia mediterránea, no está hecho pra hacer reinar la armonía en la región. El expediente del Sáhara occidental envenena, desde hace 34 aňos, las relaciones intermagrebíes e impide toda reapertura de la frontera entre Argelia y Marruecos y la concretización de la Union del Magreb Arabe, otro proyecto que, a causa del Sáhara, sigue siendo una ficción. Sin embargo, Zapatero sigue en sus empeňos de minimizar este conflicto para ganar el afecto de ese monarca feudal llamado Mohamed VI. Sobra decir que toda integración regional pasa forzosamente por la resolución de este conflicto cuya responsabilidad cae, en primer grado, sobre Espaňa, potencia administradora según el derecho internacional.

Otro gran soňador, Nicolas Sarkozy, quizo robarle la iniciativa a Espaňa creando la Union por el Mediterráneo (UPM) que acaba de apagar su primera vela, el aniversario de un bébé recién nacido muerto. Una iniciativa para aparecer, en eso se une a Zapatero, como un innovador, un fabricante de una nueva civilización, un visionario, un hombre del que se acordará la humanidad.

Los ingredientes del fracaso del proceso de Barcelona y la UPM seguirán eternizándose. Si, inicialmente, se trataba de hacer del Mediterráneo una cuenca de paz y estabilidad, de crear una zona de libre cambio en 2010 y reforzar las relaciones humanas y sociales transmediterráneas, nada de todo esto ha visto la luz, salvo la libre circulación de los capitales europeos en el Sur y al mismo tiempo, Europa se erigió como fortaleza herméticamente cerrada a la circulación de los habitantes del Sur.

La caja de Pandora todavía guarda nuevas sorpresas. Fiel a si mismo, Zapatero se lanza ahora, cuerpo y alma, en una nueva aventura sin haber medido las consecuencias y sobre todo despreciando las reglas más elementales de la diplomacia. Podía haberse contentado con el programa de los « 5+5 » que lleva diez aňos funcionando y reúne alrededor de la misma mesa, por un lado, Portugal, Espaňa, Francia, Italia y Malta y Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, del otro lado.

En un nuevo episodio de diarrea mental, asistimos con perplejidad a una nueva payasada del gobierno zapaterista sin que se le cayese la cara de vergüenza. Esta vez se trata de un chisme llamado « Iniciativa del Atlántico Sur », un programa que, a iniciativa de Espaňa y Portugal, pretende impulsar el diálogo y la cooperación internacional. Según ellos, otros paises de Latinoamérica (Brasil Uruguay y Argentina) y Africa, junto a Francia, apoyan el plan. Una vez más, Zapatero corre detrás del Casanova francés. Salta a la vista que la genial idea viene de Paris. El resto del curro lo hacen los sectarios.

Por supuesto, Marruecos esta encantado con la idea de buscar nuevas alianzas y poder actúar en un ámbito en el que no se encuentra Argelia, ese país que es la causa de todas sus pesadillas. Y Espaňa se ha erigido como la principal defensora de la necesidad de reforzar las relaciones euro-marroquíes y en Enero le toca el turno de presidir la UE. Es decir, sálvese quien pueda.

La megalomanía de Zapatero ha hecho que no sepa más que agitar el viento sin tener en cuenta los contextos políticos e históricos. Los distintos ejercicios de rendición (Gibraltar, Marruecos, Niza, fondos europeos, crisis de las viñetas o Alianza de Civilizaciones) han confirmado que España es una nación débil que se pliega a las demandas ajenas a la primera de cambio. Y sobre todo al chantaje francés y marroqui.

La defensa de la democracia liberal y denuncia de las dictaduras sólo se aplicó a Cuba, no a Marruecos, ni a Guinea Ecuatorial, ni a Libia.

Frente a los delirios del jefe de gobierno espaňol, la vacuna se llama humildad. Y cuando uno es incapaz de ser humilde sólo existe una solución: que otro le aplique esa necesaria humildad, a través de una urgente cura.Y esa cura se llama elecciones. Pero si el sucesor es otro del mismo rango, como el PP, seguiremos nadando en las mismas aguas sucias de siempre.

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