Etiquetas : Inteligencia Artificial, tecnología, progreso, Internet,
por Abdou BENABBOU
El futuro comienza su demarcación del futurismo. Con la llegada de la Inteligencia Artificial, está ahí. Ahora se fusiona con el presente de modo que los significados dados a la definición del futuro son aleatorios. La IA ya está remodelando la extraordinaria transformación de las culturas y no sólo reemplazará al hombre, sino que tenderá a suplantarlo.
Como ayer, no juzgamos lo suficientemente pronto el verdadero valor de la enorme modulación provocada por los fenómenos insospechados de invenciones y creaciones. En el pasado reciente, no previmos los efectos de Internet en el mundo y por el momento manifestamos la misma pasividad rutinaria ante la fabulosa revolución prometida por el nacimiento de un nuevo invento tecnológico que se prepara para reconfigurar el mundo y la raza humana. Rápidamente nos daremos cuenta del peso y las consecuencias que impondrá, transformando grandes ritos civilizatorios.
Una vez más, los hombres se entregarán poco a poco a una supuesta inteligencia que sólo será artificial con la falsedad de un calificativo engañoso. Como ocurre con la llegada de todos los inventos, el hombre regalará un resumen de lo que le caracteriza y que justifica su existencia.
Si por naturaleza debemos aplaudir el progreso y el avance de las tecnologías por las evidentes comodidades que aportan, también debemos temer los efectos perversos que las acompañan. La Inteligencia Artificial no será sólo una herramienta de hardware. Su nombre dice mucho de su capacidad para borrar lo más profundo del hombre. Promete socavar gravemente lo que aún queda de vida comunitaria y eliminar los beneficios de vivir juntos. Aumentará en poder la dispersión de vínculos humanos que Internet ya ha provocado. La IA no esta gravada por estados de ánimo ni por sentimientos que son el alma que guía a la especie pensante, será el censor de la evolución y el comportamiento.
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