La guerra subterránea entre Francia y Marruecos

Desde el descubrimiento del escándalo de espionaje Pegasus, Francia lleva una guerra oculta contra Marruecos.

Etiquetas : Francia, Marruecos, Marocgate, Qatargate, Emmanuel Macron, Mohamed Bellahrach,

Si nos limitamos a las publicaciones de la prensa marroquí, diríamos que la pugna entre Marruecos y Francia empezó después de la negativa de Marruecos de aceptar ayuda humanitaria francesa. Sin embargo, en la realidad, la guerra subterránea entre los dos aliados lleva desde el día en que se descubrió que los servicios secretos marroquíes espíaban al presidente Emmanuel Macron a través de su teléfono. La respuesta de París no se hizo esperar, pero en el marco de los métodos tradicionales del Elíseo con sus antiguas colonias. Es decir, el chantaje, la coerción y los golpes de Estado para corregir a los esclavos que se atreven a revelarse contra su amo.

Si el atrevimiento de Marruecos en 2013 fue su decisión de suspender toda colaboración judicial con Francia fue respondido con el pirataje y la revelación de documents ultrasecretos de la diplomacia y la inteligencia marroquíes, la afrenta de Pegasus mereció una respuesta más dura. Los servicios franceses transmitieron a sus homólogos belgas informaciones que permitieron lanzar la investigación sobre las actividades de lobbying conocidas como Qatargate que, enseguida, se convirtión en Marocgate.

El inicio de los procesos judiciales sobre este asunto en Bélgica permitieron a las autoridades francesas empezar investigaciones paralelas sobre el lobbying de Marruecos en Francia. El primer en caer fue el franco-marroquí Rachid Mbarki, periodista de la cadena de televisión BFMTV. Y la caza continua llevada a cabo, según la prensa francesa, por los agentes de policía de la Brigada de Represión de Delitos Económicos (BRDE) que investigan sospechas de injerencia extranjera en la política y los medios de comunicación franceses.

En este marco, dos hombres fueron detenidos el lunes para ser interrogados: el politólogo especializado en Qatar, Nabil Ennasri, y el lobista Jean-Pierre Duthion, que se presenta como “consultor de medios de comunicación”. Esta delicada investigación, abierta por la Fiscalía Financiera Nacional (PNF), señala actos de « tráfico de influencias », « corrupción de funcionario público », « corrupción privada » y « abuso de confianza ».

Sospechoso de haberse acercado al menos a un parlamentario y a un periodista

Los investigadores sospechan que Nabil Ennasri y Jean-Pierre Duthion han actuado como agentes de influencia en beneficio de clientes, Estados o individuos extranjeros, al dirigirse al menos a un diputado y a un periodista: Hubert Julien-Laferrière, funcionario electo (Nupes) del Ródano, y Rachid M’Barki, expresentador del canal de televisión BFMTV. Ambos han sido señalados por promover temas cuestionables o favorables a potencias extranjeras.

Durante una comisión en la Asamblea Nacional (parlamento francés), el diputado elogió los méritos de una criptomoneda confidencial, LimoCoin, fundada por un empresario camerunés. En realidad fue una estafa. En cuanto al periodista, había transmitido en el informativo nocturno, del que era presentador, temas no validados por sus superiores y en ocasiones muy alejados de la línea editorial del canal. Secuencias breves e ilustradas sobre el Sáhara Occidental, Qatar, los oligarcas rusos e incluso los foros económicos. Lo que llevó a que lo despidieran de BFMTV. ¿Fueron estas órdenes de estados extranjeros? Y si es así, ¿cuáles fueron las recompensas?

Parece que tanto el diputado como el ex periodista mantenían contactos regulares con Jean-Pierre Duthion. Se sospecha que el lobista proporcionó a los dos hombres elementos lingüísticos y objetos prefabricados con el fin de influir en la opinión francesa. Lo que es más grave, según medios franceses, las investigaciones revelaron sospechas de transacciones financieras que podrían haber servido para recompensar la acción del diputado Julien-Laferrière. Sospechas que, de confirmarse, serían tachados de actos de corrupción.

Investigaciones realizadas por el BRDE

Bajo custodia policial, el lobista habría confirmado haber sido beneficiario de sumas de dinero para llevar a cabo sus campañas de influencia en Francia, que dice haber recibido de manos del politólogo Nabil Ennasri. Por su parte, el escritor, autor de varias obras sobre Qatar, hace uso actualmente de su derecho a guardar silencio ante los investigadores.

La policía ahora está tratando de identificar a clientes extranjeros y establecer el número de funcionarios electos y periodistas potencialmente abordados por esta red de influencia. El escándalo podría adquirir una dimensión completamente nueva. Mientras tanto, Hubert Julien-Laferrière y Rachid M’Barki rápidamente lograron hacerse oír. El diputado admitió haber actuado “tontamente” por ingenuidad, antes de retirarse de su grupo político. En cuanto al periodista, negó haber cobrado por retransmitir sus temas polémicos, creyendo que eran de interés periodístico. Sin embargo, admitió que uno de sus informantes era Jean-Pierre Duthion. La semana pasada, como revelaron Le Monde y Politico, el BRDE llevó a cabo registros en el domicilio de Jean-Pierre Duthion y del diputado Nupes.

La guerra oculta entre Rabat y París fue abordada este miércoles por Le Monde, principal periódico en el Hexágono, que resucita el nombre de Mohamed Bellahrach, el oficial marroquí de la DGED buscado por, al menos, tres paises europeos. Bajo el título de « El lado oscuro de los asuntos franco-marroquíes », señala que « los relevos de Rabat en París siguen siendo numerosos, ya sean expertos en trucos sucios o simples grupos de presión ».

Las redes franco-marroquíes, dice Le Monde, son como un iceberg: existe la parte visible y la parte oculta. Esta parte oculta es más o menos legal, y en sus profundidades gravitan personajes con perfiles a veces inquietantes. Por ejemplo, Mohammed B., cuyo nombre reapareció en el llamado asunto « Qatarargate », que sacudió el Parlamento Europeo a principios de año y se convirtió en el « Marocgate ». Según la investigación belga, desempeñó el papel de controlador del grupo formado en torno al ex eurodiputado socialista italiano Pier Antonio Panzeri, compuesto por su mujer, su hija, otro eurodiputado italiano, Andrea Cozzolino, y su asistente común, Francesco Giorgi, por cuenta de la Dirección General de Estudios y Documentación, la inteligencia exterior marroquí.

Le Monde recuerda que « la identidad de Mohammed B. ya había salido a la luz en Francia en un caso inquietante. Los hechos se remontan a 2014-2017, en plena oleada de atentados yihadistas en Francia. El capitán de policía Charles D., con un perfil psicológico frágil, fue nombrado jefe de la « unidad de información » de la policía fronteriza de Orly. Su misión consistía en vigilar la situación en el aeropuerto, en particular la posible radicalización de algunos empleados, y redactar notas sobre las personas con ficha « S » que partían hacia otros países.

Charles D., que no tenía muchos amigos, pronto trabó amistad con Driss A., un franco-marroquí director de la empresa de seguridad ICTS y conocedor de todos los rincones de Orly. Driss A. tenía buenos « contactos » en Marruecos y le dio algunos consejos a su nuevo amigo, a cambio de los cuales le facilitó las identidades de las entre 100 y 200 personas de la lista « S » que viajaron a Marruecos, según confesó bajo custodia policial.

En 2016, Driss A. presentó a Mohammed B. a Charles D. Mohammed B. se convirtió en el controlador del policía, alegando ante el juez de instrucción que trabajaba para la seguridad de Francia. Salvo que en el domicilio de Driss A. se incautaron los documentos de viaje de dos ministros argelinos, país rival de Marruecos en el Magreb. Eso está muy lejos de la inteligencia sobre personas de la lista « S »…

A cambio de sus servicios, Charles D. viajó tres veces con su familia a Marruecos, con todos los gastos pagados. Alertada por una denuncia anónima, la inspección general de la policía nacional, el cuerpo de policía, comenzó a investigar en otoño de 2016, antes de que el caso se remitiera a un juez de instrucción y se intervinieran las comunicaciones telefónicas del agente de policía. El 29 de mayo de 2017, Charles D. y Driss A. fueron detenidos. Mohammed B. se esfumó como por magia. « No se hizo mucho para encontrarle », dice una fuente cercana, señala Le Monde. Charles D. y Driss A. están siendo investigados por corrupción. El policía también está siendo procesado por manipulación de bienes robados, apropiación indebida de archivos y violación del secreto profesional.

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