Destino de ida y vuelta al Sáhara

La enfermedad de Mrabih lo sacó del desierto, después murió allí a causa de ella. En breve, el joven saharaui volverá al Sáhara a través de una asociación en homenaje a él

La curiosa y, a veces, inquietante casualidad o fuerza del destino, convierte las historias en un camino hacia un desenlace que, cuando se produce se piensa que, realmente, no podía ser de otra manera.

El destino y una enfermedad lo sacaron del Sáhara, y le dejaron vivir en España, donde trabajaba, ahorraba y realizaba labores de voluntariado a través del cuerpo de Protección Civil de su pueblo de acogida. Ese mismo destino y esa misma enfermedad le dejaron morir en el Sáhara. Mrabih, vivió en España y murió en el Sáhara.
El joven saharaui Mrabih estaba enfermo de Lupus, por eso estaba en Moclinejo (Málaga) donde con el tratamiento adecuado mantenía su enfermedad a raya. Su empeño y su conciencia le llevaron, de nuevo al desierto, en labor humanitaria. Cuando la caravana solidaria del ex Guardia Civil y ex miembro de Protección Civil de Moclinejo Rafael Gálvez se preparaba para ir al Sáhara, Mrabih quiso ir con ellos a pesar de conocer las condiciones de la zona y sus riesgos. «Cuando se puso enfermo allí, nos dimos cuenta de que le había caducado el pasaporte argelino, fuimos a entregarlo para su renovación al Frente Polisario, que recogió la documentación, pero no trajo el documento renovado. A pesar de todo nos fuimos al aeropuerto para ver si lo dejaban regresar a España, puesto que tenía el NIE y estaba enfermo. No hubo forma. Mrabih tuvo que ingresarse en los campos de refugiados del Sáhara, ya sin esperanza», explica Gálvez, quién confiesa que no pudo evitar pensar en lo injusto y, a la vez, inevitable que puede ser el destino.
A pesar de todo, Mrabih, este año volverá al Sáhara, lo hará otra vez de la mano de quién le ayudó en su estancia en España, Rafael Gálvez, el mismo que ‘lió’ a un grupo de informáticos andaluces, entre los que se encuentra el coordinador del Centro Guadalinfo de Turre, José Miguel Corral. ‘Mrabih’ volverá al Sáhara a través de la asociación que toma su nombre y que ha formado Gálvez, la Asociación Humanitaria ‘Mrabih’ . «Como homenaje a él», afirma.
Solidaridad 2.0.
Gálvez nos explica que la asociación que ha creado no es más que la nueva forma que toman los proyectos e iniciativas solidarias que lleva muchos años llevando a cabo. Desde un sitio o desde otro, el único objetivo que tiene es el de poder explicar al mundo cómo está el mundo. «Nosotros somos pobres pero con la difusión que podamos hacer de lo que allí ocurre, de las situaciones injustas que hay, creo que ya estamos ayudando en algo», dice, y de ahí la celebración de una fiesta solidaria para dar a conocer los proyectos humanitarios que el año pasado se celebró en Turre y que este año se hace en Ugíjar (Granada), porque muchas veces «la población de los pueblos es ajena a lo que la gente de su zona está haciendo». Y, de hecho, reconoce Gálvez, que ésa es la gente que ayuda, la de a pie, la que poco tiene y comparte.
La caravana solidaria partirá hacia el Sáhara en diciembre, y llevará así su ‘peculiar’ acción solidaria, entregando allí parte de su tiempo, de sus sentimientos, y de sus conocimientos a quienes están refugiados en los campamentos de Tinduf. El año pasado se consiguió el acuerdo por el que cada día llegan 20 barras de pan a la Escuela para los niños, además se ayudó a la creación de un cuerpo de emergencias y se les preparó para poder atender las mismas y también se instalaron emisoras en los hospitales de los campamentos de El Aaiún y Smara. La caravana cuenta otra vez con los centros guadalinfos de Ugíjar con Roberto a la cabeza, y de Turre, con José Miguel Corral, miembros también de la asociación Iniciativa Focus. Este año, se sigue en la línea de ‘salud y medioambiente’ que lleva Gálvez, «añadiendo y aportando un poco más, aprovechando de cada uno, lo que sepa o pueda hacer. Cuando les dije que se vinieran de labor humanitaria al Sáhara, me tomaron por loco, qué puede hacer un ordenador allí, necesitarán comida y no ordenadores, me dijeron, y yo respondí, además de comida, hay después mucho tiempo libre y si no se hace nada, siempre se está en nada, la formación, la cultura, puede salvar una vida o una sociedad en un futuro», explica Gálvez.
Por su parte, el ‘informático solidario’ de Turre, José Miguel Corral explica que tras su primera vez en el Sáhara el año pasado no duda en volver siempre que pueda, y lo hará este año. «Este año, además de repasar todas las instalaciones que hicimos de emisoras, de ordenadores y proyectos para niños, vamos a trabajar también con una especie de asociación de jóvenes que se ha creado que quiere ayudar a las víctimas de las minas que quedan en el muro de la vergüenza que divide el Sáhara en dos», comenta.
Gálvez ha visto muchas cosas en su vida, ha viajado no sólo al Sáhara, también a muchos otros lugares, y pretende llegar hasta dónde pueda y dónde haya necesidad, que, por desgracia, es en muchos sitios, «también aquí, cerca de nosotros, evidentemente ». Y se subleva al pensar en la crisis de este que consideramos un país ‘desarrollado’ y quiénes y cómo se está viviendo: «No podemos hablar de crisis cuando vemos que hay miles de millones de euros en sueldos para unos pocos, que se está perdiendo mucho dinero en viajes oficiales y en gran cantidad de cosas superfluas y costosas, siempre para pocos». 
La crisis ‘eterna’ es la situación que tienen en el Sáhara, pero también en muchas otras partes del mundo. La crisis no es el copago en sanidad, la crisis es cuando un niño se pone enfermo y no tiene medicinas.

Ideal.es, 10 oct 2011

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